El gobierno de Texas pidió al Gobierno de Estados Unidos reabrir lo antes posible la frontera con México para la importación de ganado, luego de casi un año de restricciones derivadas del brote de la mosca del gusano barrenador. La medida, según autoridades estatales, ayudaría a estabilizar los precios de la carne, que actualmente registran niveles récord en todo el país.
Sid Miller, titular del Departamento de Agricultura de Texas, señaló que el cierre fronterizo ya no tiene justificación, pues “existen controles suficientes para evitar riesgos sanitarios”. Explicó que el ganado mexicano pasa por cuarentena y revisión veterinaria del USDA, por lo que considera seguro reanudar el intercambio.
El comercio de reses entre México y Estados Unidos ha sido clave durante décadas: cada año se importaban más de un millón de cabezas de ganado, principalmente becerros de engorda que eran enviados a ranchos de Texas, Oklahoma y Nuevo México. Desde la suspensión, el número total de animales en EE.UU. ha caído a su punto más bajo en años, agravando el encarecimiento de la carne en supermercados.
El secretario de Agricultura de México, Julio Berdegué, informó que las negociaciones con Washington continúan, aunque “aún no existen las condiciones” para una reapertura inmediata. Mientras tanto, Texas advierte que la demora podría tener un costo económico importante, al perder parte del negocio ganadero y mantener precios elevados para el consumidor estadounidense.
