Un animal silvestre llamado “Lince” sumamente grave y casi asfixiado de tanto jaloneo de la cuerda atorada a un árbol, fue paciente hasta el arribo de los expertos del zoológico, quienes a su llegada fallan en su puntería para adormecerlo con un dardo.
Tras escudriñar en su vasta experiencia de hasta 20 años en el cargo, optan por colocar otra atadura al cuello y varias redes para bajarlo del árbol, en el forcejeo el casi moribundo animal, me refiero al Lince, decide suicidarse y jalar su cuello desde la atadura, y así quitarse la vida por asfixia ¡Para que vivir, si ya estoy muy enfermo! Fue el último alarido del animal.
Autor: Grupo de directivos del Zoológico de Tamatán extendido hasta la Comisión estatal de Vida Silvestre heredados por los presos Yarrington y “Geño”. No le digo, #PurasCharadas