El Lennon que ‘voló cabezas’

13 agosto, 2019 • México
El Lennon que ‘voló cabezas’

Las guitarras pueden electrizar los músculos; el bajo, golpear el cuerpo; los bombos, estremecer la tierra; y la voz, volar cabezas, pero una pluma y un papel, si son despiadados, pueden desvelar parte del mundo que gira en torno a la música y a sus ejecutores, sin importar si se trata de una banda de metal, de blues, de pop, de banda o hasta reggaetón; o si se les admira, ignora u odia.

Ya dejó atrás la vestimenta oscura y el cabello largo que usó durante la preparatoria, ahora, maduro, da rienda suelta a lo que en aquellos años era un mero hobby: la escritura, la cual con el paso del tiempo lo ha llevado tener un estilo satírico, curioso, ácido y perverso, que en sus libros es posible notar.

Uno trata de escribir, como dicen los gringos, ‘como te dicta tu demonio interior’.

Prefiero pensar que ya encontré mi propia voz y, de hecho, uno de los motivos de sacar mi libro es eso, que después de 20 años creo que tengo una voz propia. Eso es lo más difícil: cuando escribes en cualquiera de las disciplinas siempre lo más difícil es encontrar tu voz”, explicó el editor de la revista Playboy México, Arturo J. Flores, en entrevista con Grupo Imagen.

Como “animal de hábito” y con su “demonio” manifestado en sus preguntas con jiribilla y su pícara, pero no por eso poco seria redacción lleva a sus lectores a conocer sobre algún personaje en específico del ámbito musical: sus miedos, sus expectativas, sus gustos, sus perversidades y hasta sus locuras, como cuando Adanowsky soñó que “le daba por el culo” a su gato o sobre la bañera atascada de alcohol que llenó no un rockero, como muchos podrían pensar, sino un representante de la banda: Lupillo Rivera.

El pasado 4 de julio, en la Ciudad de México, en específico en la Pulquería Los Insurgentes, explicó cómo fue que gracias a su mamá, “Instant Karma”, de John Lennon, le “voló la cabeza” a sus menos de 10 años de edad, experiencia que, a manera de metáfora, dijo: “John Lennon me asesinó a sangre fría”, enunciado que retomó de una novela frenada, pero el cual decidió que fuera el título de su compilación, debido a lo significativo que fue para su acercamiento con la música. Además, éste acompaña a una portada que seguro los beatlemaniacos y los admiradores de Lennon amarán…

“Para mí sólo era un juego de palabras, porque yo estoy escribiendo una novela que lleva ese título, pero lleva muchos años parada y no le avanzo, le avanzo y retrocedo, y cuando empecé a hacer este compilado de textos necesitaba un nombre, según yo, poderoso y llamativo que tuviera que ver con música y me acordé que tenía el título de esa novela, así que lo metí a huevo, le di la vuelta y le encontré una justificación y quedó”, declaró, entre una risa sarcástica, unos días después de aquella presentación.

Aunque hay dos curiosidades entre el libro y su contenido: el primero, que los Beatles no son muy del agrado del también autor de El Amor Apesta (Vergara, 2018), y el otro, que si bien John Lennon le da nombre a la obra y en solitario le gusta mucho, no hay ningún escrito sobre éste.

—No te agradan demasiado los Beatles, pero uno de ellos es tu portada —se le cuestionó.

—No me gustan mucho los Beatles como grupo, pero me gusta mucho John Lennon en solitario.

Ahora, no es que no me gusten, pero puedo vivir sin ellos sin problema, claro, hay canciones que las escucho y obvio que muevo el pie.

—¿Quién te “mueve” más?

—Siempre he sostenido que la música es de que te vibre y a mí me ha vibrado más la música de los Rolling Stones que la de los Beatles. No los odio ni los detesto, simplemente no conecto tanto. No me considero un beatlemaniaco; no puedo decir la discografía de los Beatles, así de sencillo.

Con la nueva entrega de Arturo J. Flores, bajo la editorial Vodevil, se aprecia la libertad de éste para plasmar a su manera los detalles tanto de la vida de músicos como del ambiente que los rodea para que los lectores se diviertan con ellas y no sólo eso, sino que aquellos más aventurados y quienes se dedican o empiezan en el mundo del periodismo, si les inspira, hagan trabajos investigados como los que presenta.

“Sólo busco compartir las historias. Que la gente las escuche y que las vea, principalmente, para que se diviertan con ellas como yo me divertí haciéndolas, escribiéndolas e investigándolas. Si alguien lo ve y le inspira investigar historias así, qué bien. Al fin, el periodismo musical es entretenimiento, entonces, si lo tienes todo en un libro sería un entretenimiento más grande y ya”, expresó.

El segundo álbum de Nirvana, Nerver Mind, de 1991, asegura Arturo que fue uno de los que más le gustan y uno por el cual se embarcó en la música y en el periodismo, de esta manera, al mezclarlos, obtiene como resultado un trabajo apasionante.

El caso de sus letras bien podría adaptarse a lo dicho en algún momento por Kurt Cobain: “La música [escritura] es sinónimo de libertad, de [escribir] tocar lo que quieras y como quieras, siempre que sea bueno y tenga pasión”.

LA VENGANZA DE “MANJA”

John Lennon se desvaneció entre los brazos de Yoko Ono afuera del edificio Dakota, en Nueva York, Estados Unidos, el 8 de diciembre de 1980, tras recibir cuatro de los cinco disparos que David Chapman le propinó. En aquél momento el exbeatle pasó de artista a leyenda.

Pero la noticia cimbró a todo mundo y entre los millones que quedaron anonadados por la noticia se encontraba el pintor Jorge Flores Manjarrez, quien recordó a Grupo Imagen que fue de “chavito” cuando en un centro comercial, en el área de electrodomésticos, se interrumpió la señal de un partido de fútbol americano que transmitían en casi 20 televisores para informar del asesinato del exbeatle.

Cuando pasé en medio la señal se interrumpió el pinche partido y me escupieron la noticia cabrona de que a John Lennon lo habían asesinado. Fue un trauma cabrón para uno que es megafan, porque yo llenaba cuadernos con dibujos de los Beatles y de John Lennon”, comentó.

El autor de los murales “Un viaje por el Rock” y de “Urbanhistorias del Rock Mexicano” que están expuestos en las estaciones Auditorio y Chabacano del Metro, respectivamente, aseguró que en el momento en el que Arturo lo invitó a colaborar con algún dibujo ya hecho de Neil Young o Iggy Pop, lo que él aceptó, además de saber que el autor de Historias de hadas para no dormir (Instituto Mexiquense de Cultura, 2009) siempre tiene algo qué decir en sus textos.

Sin embargo, dijo que al leer el nombre de la compilación de sus 20 años de periodismo musical no dudó en realizar un dibujo.

“Cuando leí el título: John Lennon me asesinó a sangre fría, dije: ‘¡wey, pues ése es el dibujo!’. Entonces hago un John Lennon como en venganza por su asesinato a través de la portada. Puse a un Lennon con una pistola humeante después de haber asesinado al cabrón que lo mató [David Chapman]. Se me hizo como un exorcismo”, manifestó Manjarrez.

Así, la mirada retadora del Lennon de Manjarrez es una invitación hacia cualquier persona para no sólo admirar el arte de portada de la compilación de Arturo tras 20 años de periodismo musical, sino también para conocer una pequeña parte del mundo de la música, que no todos ven ni conocen y que puede estar tan loca como para volarnos la cabeza.

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