Reactivación de la industria editorial; poca afluencia y gran entusiasmo
Pocos visitantes, pero con mucho entusiasmo. Sin prisa, respetuosos de las medidas sanitarias y con curiosidad llegaron ayer los primeros compradores a las librerías ubicadas en la zona de Miguel Ángel de Quevedo y Universidad, que reabrieron sus puertas después de tres meses de confinamiento por el covid-19.
Gandhi de Oportunidades y El Sótano Niños fueron dos ejemplos de los 200 puntos de venta, pertenecientes a las 65 empresas integradas en la Asociación de Libreros de México (Almac), que retomaron sus labores en la Ciudad de México.
De este corredor, continúan cerradas las librerías Gandhi Mauricio Achar, El Sótano matriz, la Octavio Paz del Fondo de Cultura Económica y la Casa del Libro. Esta última, detalló un empleado, se reducirá a la mitad, debido a los altos costos de la renta, y que la están acondicionando.
Estamos muy contentos de abrir, porque nos gusta nuestro trabajo. Somos el alimento de las nuevas generaciones, la distracción y el remedio para el encierro”, comentó Angélica Alarcón coordinadora del Área de Operaciones de El Sótano Niños.
La promotora explicó que se prepararon para recibir a sus clientes cumpliendo con los requisitos que exigen las autoridades sanitarias: tapetes sanitizantes, gel antibacterial, cubrebocas, acrílico en las cajas, señalización de sana distancia y disposición de los pasillos para la circulación en un solo sentido.
Trabajamos con un máximo de cinco empleados. Cada semana se fumigó, se sanitizó y se limpió el aire acondicionado. Así que no nos tomó trabajo regresar”, agregó.
Georgina Abud, presidenta de la Almac, admitió que en la ciudad abrieron menos librerías de las que esperaba, porque muchas están en centros comerciales o en el Centro Histórico; y otras, por su tamaño, no se activan con cinco empleados. “Las ventas fueron como de un 20 por ciento de lo habitual. Pero lo importante en que comenzó la activación”.
