Secretaría de Cultura de la CDMX gasta 2.8 millones de pesos en flores

13 mayo, 2019 • Ciudad de México
Secretaría de Cultura de la CDMX gasta 2.8 millones de pesos en flores

La Secretaría de Cultura de la Ciudad de México que encabeza Alfonso Suárez del Real compró, en los primeros cuatro meses de su administración, más de 38 mil nochebuenas, petunias, helechos, tulipanes holandeses, bugambilias y durantas cubanas, para embellecer tres actividades de su administración: Jardín Cultural del Zócalo, Las diferentes formas de amar y Noche de primavera.

Según cifras de la propia dependencia, el gasto asciende a 2.8 millones de pesos, como una inversión para recuperar el Zócalo con “plantas nativas” y como parte de los derechos culturales de los habitantes de la capital, justificó Suárez del Real en entrevista con Excélsior.

Estos gastos se han realizado mientras la Casa Refugio Citlaltépetl sólo recibió 500 mil pesos de presupuesto anual y la Fundación Elena Poniatowska se declaró en quiebra técnica.

Y sin contar las medidas de austeridad anunciadas, los cientos de empleados despedidos en el sector cultura, la insuficiente asignación de presupuestos al Fonca, el recorte de 176.5 mdp al INBA y de 9 mdp a Radio Educación.

¿No le parece que es un gasto innecesario?, se le preguntó a Suárez del Real. “No. En primer término, es una inversión y parte de los derechos culturales de los habitantes y visitantes de la Ciudad, el derecho a la memoria y a la recreación de esa memoria consagrado en su propia Constitución”.

Usted lo tiene que valorar en ese sentido (porque) estamos regresando ese recurso utilizado a los capitalinos que se llevan esa planta… Entonces forma parte de ese círculo virtuoso en que desde el productor hasta el último receptor de esa producción está quedando dentro de los habitantes de la Ciudad de México”, añadió.

¿No le parece un gasto fuera de sus atribuciones y del plan de austeridad? “Definitivamente no, porque de esa manera hemos logrado, en menos de cinco meses, recuperar un espíritu favorable al Zócalo. Dejó de ser Carbolandia, dejó de ser un espacio del negocio de privados para convertirse en la opción de recreación de los habitantes y visitantes de la Ciudad, con exposiciones temporales, que incluyen esas intervenciones florales. En ese sentido se cumple con creces el mandato que la población nos dio, de un uso mucho más racional y social del Zócalo capitalino del que se había dado en los últimos seis años”.

Y añadió: “Vamos a seguir utilizando esto sobre todo porque estamos generando un círculo productivo muy positivo con los productores y floricultores de los pueblos originarios de Xochimilco, Tláhuac y Tlalpan”.

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