Origen de costumbre sobre la propina y por qué es casi obligatorio darla en EU

18 febrero, 2022 • Estados Unidos
Origen de costumbre sobre la propina y por qué es casi obligatorio darla en EU

Origen de costumbre sobre la propina y por qué es casi obligatorio darla en EU

Es común acudir a comer a un restaurante y además de pagar por los alimentos que ordenamos, dejar una propina al mesero que nos atendió; esto es considerado una gratificación voluntaria por su atención y buen servicio.

Para algunos es molesto pues no desean gastar más, otros lo aceptan sin remedio y no se cuestionan nada al respecto, sino que por inercia cumplen con el requisito.

Cabe destacar que en cada país varía mucho este tema, sin embargo, en Estados Unidos es casi obligatorio abonar alrededor de una quinta parte adicional a la factura, esto sin importar si el servicio fue excelente o terriblemente desastroso.

La cultura de las propinas despegó en EU a finales del siglo XIX y principios del XX cuando los estadounidenses importaron esta costumbre desde Europa, donde era más común.

«Los restaurantes y negocios de hostelería querían seguir teniendo mano de obra negra gratuita, así que adoptaron esta cultura de Europa y transformaron las propinas de un incentivo extraordinario a ser en sí el salario. Así que dijeron a los negros: te vamos a contratar, no te vamos a pagar, pero puedes recibir propinas», dijo Saru Jayaraman, activista pro derechos laborales y presidenta de la organización One Fair Wage a BBC Mundo.

A lo largo del siglo XX la cultura del «tipping» se fue asentando en EU no sin cierta resistencia. Sin embargo, no todos estaban de acuerdo, seis estados abolieron temporalmente esta práctica en 1915, surgieron prominentes detractores como el expresidente W. H. Taft y se formaron colectivos anti propinas- hasta que en 1966 se consolidó definitivamente al promulgar el Congreso la disposición «Tip Credit».

La relación entre las propinas y la apariencia física es polémica. Según un estudio más reciente, realizado por One Fair Wage en Nueva York en 2020, los camareros blancos ganan US$5 más por hora que las camareras negras.

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