A dos años de la masacre de Camargo, familiares exigen justicia
Familiares de las víctimas mortales de la masacre de Camargo, Tamaulipas, perpetrada hace dos años por 12 elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del estado, así como agentes del Instituto Nacional de Migración; se reunieron en el mural del panteón de Comitancillo, Guatemala exigiendo justicia para sus seres queridos.
Decenas de personas, entre familiares, amigos y conocidos, se reunieron para pedir a las autoridades mexicanas aplicar todo el peso de la ley en contra de todas aquellas personas que están y pudieran estar involucradas en los hechos.
Familiares y defensores de derechos de migrantes, denunciaron la lentitud con la que las autoridades mexicanas han llevado el caso, pues a dos años de los acontecimientos no hay ninguna sentencia en contra de las personas detenidas; mientras que los familiares de las 19 víctimas han quedado en el olvido.
“Este 22 de enero se conmemora el segundo aniversario de la masacre de Camargo en las que 19 personas migrantes provenientes de Guatemala y una de El Salvador, fueron perseguidas, torturadas, asesinadas y finalmente calcinadas en Camargo, Tamaulipas. Más de 700 días en que los responsables están detenidos sin que se tengan acciones concretas para hacer justicia para las víctimas”, declararon ante las autoridades.
“La receta de la impunidad”, así es como los familiares califican el actuar de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Tamaulipas y de la Fiscalía General de la República, al señalar que repiten patrones que propician la falta de justicia que se han visto en otras masacres.
Asimismo, señalan que a más de un año de abrirse una investigación en contra de elementos del INAMI por el uso de una camioneta que estaba bajo su resguardo y otra contra 12 elementos de Seguridad Pública, aún no hay avances.
La masacre en cuestión tuvo lugar el 22 de enero del 2021, en donde 19 migrantes de Guatemala y uno de El Salvador, así como dos coyotes (traficantes) fueron ejecutados y sus cuerpos fueron calcinados en una carretera en Santa Anita, en el municipio de Camargo, Tamaulipas, a unos kilómetros de la frontera con Estados Unidos.
