Lauri y Nataly, dos mujeres venezolanas, relatan su dolorosa travesía tras huir de su país debido a la difícil situación política y social bajo el régimen de Nicolás Maduro. Ambas coinciden en que, mientras Maduro continúe en el poder, no tienen intención de regresar a Venezuela. Actualmente, se encuentran en un refugio en el Estado de México, pero su meta es llegar a Estados Unidos en busca de una vida mejor.
Lauri, originaria de Maracaibo, capital del estado Zulia, dejó su hogar hace aproximadamente un mes debido a los abusos sufridos por ella y su familia a manos del gobierno.
“Me fui el 5 de julio. Atravesé la selva colombiana, la selva panameña, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala, Honduras, hasta llegar a México”, relató Lauri con evidente tristeza, mientras lamentaba haber dejado atrás a su hija de 15 años por temor a exponerla a los peligros de la travesía.
Su voz se quiebra al recordar a su hijo de 18 años, quien fue asesinado en Venezuela:
“Hace ocho años fui víctima de un allanamiento de la policía. Nos robaron y después mataron a mi hijo”.
La reciente victoria electoral de Maduro ha intensificado la represión en el país, según Lauri.
«Mis primas me dijeron que están haciendo allanamientos y amenazas a quienes tienen una ideología diferente al gobierno y a los que protestan por el resultado de las elecciones», comentó con preocupación.
Nataly, por su parte, dejó Venezuela en 2019 debido a la crisis económica que la dejó sin recursos suficientes para comprar alimentos básicos. Desde entonces, ha vivido en Perú y recientemente llegó a México.
«Fue por la inflación, el dinero no alcanzaba para nada. Cuando ibas al mercado, no podías llevar lo que tú querías, todo era reducido», explicó. Nataly sueña con regresar a Venezuela algún día, pero no lo hará mientras Maduro siga en el poder: “He escuchado que todavía el salario no alcanza… no ha cambiado mucho”.
Ambas mujeres permanecen en el albergue “Hermanos en el Camino”, ubicado en Metepec, Estado de México, junto a otros 12 venezolanos que también han llegado recientemente al refugio. La afluencia de migrantes venezolanos ha aumentado en los últimos días, coincidiendo con los resultados electorales que aseguran la continuidad de Maduro en el poder.
“Solo quiero un futuro mejor para mi hija”, concluye Lauri, mientras Nataly asiente, compartiendo la misma esperanza de un mañana más prometedor, lejos de la incertidumbre y el miedo que han dejado atrás.